Quisieron robarte al aire que respiras, casi te confiscan el privilegio de cerrar los ojos cuando escuchaba el gemido de tu amor. Te querían desnudar de tus viandas, de tus mañanas con el café y dos besos. Querían romperte las alas para coser en ellas los intereses ajenos a tu querer. Casi nos perdemos en el camino de la desesperanza y de la negación. Nos cortaron los labios para no perpetuar nuestra unión y aprender el lenguaje de los labios. ¿Dónde estás que no respondes? Se nos va la vida con nuestros deseos y temores. Estamos apuntando muy lejos, allá donde nos encontraremos luego de una noche de amor. Quizá tan lejos que olvides lo que significaba la ausencia de malos recuerdos y olvidemos también el olvido. Toda nuestra esperanza en nuestras manos cuales juegan en el campo de tu piel. Una piel infinita sedienta de afecto y de consolación. El número impar de nuestras ilusiones terminan en unidades de conflicto al no comprender que el mundo gira al mover nuestros pies. La libertad que esperamos del amor es quien guarda la noches intencionadas a la revolución del yo quiero.
Ahora te hago juego de mi memoria, directora del coro de la alegría. Nuestros besos de antaño, la sensualidad de tocarte desde el sillón hacia el mundo de tu imagen fija y viva. Limpias el aire que rosa tu rostro, lloras creando lagunas mentales en mi cabeza y la nada es el pan de cada día al callar el susurro de nuestras confesiones. Queriendo robarte el aire incrustado debajo de tu ropa, besándote a su antojo, celos a las sábanas... Ya los celos son caprichos para enaltecer al ego, la soledad el estribillo de una canción que nadie escuchó. Sigo recostado en esta cama que te espera, con el cobijo de mis brazos, con la sed del amor en todos los sentidos, tocarte con los ojos, escucharte con el tacto. El lenguaje de nuestros cuerpos entumecidos por la energía intacta de nuestros anhelos y jugar a los villanos cada día. Tenerte todos los días en el momento de reclamar injusticia al señor que nos cuida, a quien damos gracias de la maravilla que es amarte y crear vida. Tus besos, tus gemidos y tus exabruptos. Todas las formas infinitas que tomas para ser una y miles en mi rostro perdido al no verte. Guía mi mirada en el ocaso que perdemos, que compartimos por separado y unidos.
Que el amor sea nuestro, que tu cuerpo florezca en el desierto de mi vida. Que eches raíces en los jardines incautos de nuestras vidas, que el sol brillen nuestras cabezas, que la luna sea quien nos cobije al estar desnudos haciendo el amor. La vergüenza se va con su poca ropa, que el miedo esté debajo de la cama. Abriremos los brazos a pares para acoger el encanto de nuestra esencia. Que ya las fronteras se rompan para liderar en tu cuerpo el mundo que nace con nuestro amor y que nunca morirá.
Dormirte con frases que aún no escuchas, sonrojarte con el encanto de mi vida, cortar flores, poner dos tostadas en el horno... besarte sin decirnos basta...
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1 comentario:
Todo es más que una excusa y nada igualará a la silla vacía.
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