Qué dulce era la entropía de los cándidos,la sepultura de alguna cita, ser el hilo dental del suelo o la ganancia pauperrima o del amor su plusvalía. Pero qué carantoña me sirvi
ó las pocas palabras al aire y qué poco aire quitó la maravilla incierta. La redundancia del papel incauto, la abadía del cuarteto en varias sinfonías, el canto que esgrime sin arañar el rostro y el pecado. Qué solemne fue la promesa del desamparo o la cicuta que mengua la libertad del amigo y soltero. La revolución que pilló al liberal y la simpatía del hombro a la sota. Qué tanto y poco era el caminoque no se traza y la frontera roja esculpida por una mejilla. Rareza sea el brinco sin capachún de la inocencia. ¡Oh, la nena que vence al apolítico en la sensibilidad! El clamor de la piedad se redujo al tiempo entintado del Ilota engrendrado.
Escurriese la sal de las narices,se plantó el cerezo de la discordia y se fermentó el vino del ex borgoña, de la ex esquicitez del aliento, la manipulación del ánimo, el arma doble filo de un dios.
La guerra púdica del infame, del "aca no soy" del perdón con pesares con doble P, la misma exaltación de las ancianas, el doble 7 del dado que Dios jugó y salió ganando...
Por la maravilla que se ajena...
Yo brindo...

Escurriese la sal de las narices,se plantó el cerezo de la discordia y se fermentó el vino del ex borgoña, de la ex esquicitez del aliento, la manipulación del ánimo, el arma doble filo de un dios.
La guerra púdica del infame, del "aca no soy" del perdón con pesares con doble P, la misma exaltación de las ancianas, el doble 7 del dado que Dios jugó y salió ganando...
Por la maravilla que se ajena...
Yo brindo...
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