martes, 24 de julio de 2007

(Sin título)

Asombra la cabellera
Rizada y tristemente negra
La luna, la miel,
El suspiro de las estrellas,
El anillo de la mies
Al ser concreta la esperanza,
Al ceñirse de blanco
La belleza que una mujer ampara.

Y los tridentes por flores,
Las coronas por nada
Y la finitud por nada,
Otra vez.
Linda y con ojos llorones.
No siga con dolores
Que el paisaje
Cambia al poder ver
Y es mejor aún
Cuando cubren las manos
La pupila, tu iris de color azul.

Peligrosa e infame,
Sabandija y purgatorios.
La mar exquisita,
La sinfonía que crispa
Las mejillas con el sonrojo.
Soleada las tardes, vida
Y más vida y me escondo,
Y me digo, y me respondo
Lo que juzgo como mentira.

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