Grita lo que encierra tu mente
o cierra los ojos como quien no quiere.
Grita al anémico de realidad
lo que la fantasía advierte
con dos gotas de alegría
y día a día sin acabar,
y noche a noche
el teléfono no sería teléfono
si nunca terminásemos de hablar.
Grita despertando la cólera
de la interferencia radial.
Grita como quien se enoja
a la voluntad misma del desorden.
La incoherencia, la mar
de tu sonrisa,
de mi charco, de mi doble
único cuando ríes,
cuando brillas como mil soles...
Grita lo que quizá haya escrito
o inventa nupcias entre el predicado
y el sujeto de mucha esperanza que soy,
Grita que el arte sigue en mis manos
y arañan papel sin sentir dolor...
Grita y siente su eco...
pero con mi voz...
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