Conforma la sangre
Con la sal de la tierra
Y moldeada por el rostro
Echado y con pupilas dilatadas
Que callan al cielo por soborno,
Que roban la sábila de la naturaleza
Y embriaga a la copla
Convidada al tiempo que toma
La injusticia y la espera.
Desmoronas la carne,
Los huesos, el latido y el diapasón
Que festeja carnavales con poemas
Extraviados en el talego y perdón
Gimen las golondrinas
En los vergeles que no esperan veredas
Ni pasajes de amoríos por día.
Exclama soledad y, por Dios,
Que yo me esconda en las coronas
De pésame que adornan una sonrisa.
Pensase en los recados del alma,
Del revólver que engríe el amor
Al caer del cielo, pero no de la cama
Mientras dormito el propio sueño
Y no despierto con corazonadas
Que clavan heridas al pecho
Y niego tres veces sin resucitar,
Porque soy humano, hermano,
Como quien pide y no tuvo más.
Y tienta y condena, dulcemente,
La mies incrédula y versan anatemas.
Yo, con almas en cofradía,
Con los diarios póstumos y bellezas
De los nuevos tiempos romanos,
De las tímidas y peculiares cursivas,
Impuse a la Eva que trabajé en mis manos
Y confundí las hojas por costillas
Y el amor correspondido por manzanos.
Con la sal de la tierra
Y moldeada por el rostro
Echado y con pupilas dilatadas
Que callan al cielo por soborno,
Que roban la sábila de la naturaleza
Y embriaga a la copla
Convidada al tiempo que toma
La injusticia y la espera.
Desmoronas la carne,
Los huesos, el latido y el diapasón
Que festeja carnavales con poemas
Extraviados en el talego y perdón
Gimen las golondrinas
En los vergeles que no esperan veredas
Ni pasajes de amoríos por día.
Exclama soledad y, por Dios,
Que yo me esconda en las coronas
De pésame que adornan una sonrisa.
Pensase en los recados del alma,
Del revólver que engríe el amor
Al caer del cielo, pero no de la cama
Mientras dormito el propio sueño
Y no despierto con corazonadas
Que clavan heridas al pecho
Y niego tres veces sin resucitar,
Porque soy humano, hermano,
Como quien pide y no tuvo más.
Y tienta y condena, dulcemente,
La mies incrédula y versan anatemas.
Yo, con almas en cofradía,
Con los diarios póstumos y bellezas
De los nuevos tiempos romanos,
De las tímidas y peculiares cursivas,
Impuse a la Eva que trabajé en mis manos
Y confundí las hojas por costillas
Y el amor correspondido por manzanos.
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